El verano es la estación de los girasoles. Todos los años, los vemos florecer y adornar la naturaleza con sus colores y tamaños; también, dar vida y proveer alimento a muchos insectos.

Durante los encuentros de verano, los niños  de La Casita sede Maxdorf descubrieron algunos secretos que ocultan los girasoles:

  • Comprendieron el porqué de su nombre: gira-sol. Mediante juegos y rondas giraron de acuerdo al movimiento del sol
  • Exploraron las semillas: su peso, forma, color y textura; sembraron y descubrieron el papel tan relevante que desempeña el agua y el sol en el proceso de crecimiento del girasol
  • Descubrieron que de las semillas de girasol  también se benefician los seres humanos, puesto que, a partir ellas, se produce aceite comestible y, además, sirven de alimento
  • Identificaron el proceso de crecimiento de un girasol: desde que es una semilla hasta convertirse en una planta con sus diferentes partes (raíz, tallo, hojas, pétalos). En esta actividad aprendieron vocabulario, así como la importancia y el papel que desempeña cada una de las partes
  • Visitamos un campo de girasoles: allí pudieron observar la cantidad de insectos que se alimentan y dependen de los girasoles. Observaron que los girasoles, así como todas las flores, son fuente de vida y que por ello hay que cuidarlas. Encontraron girasoles de diferentes tamaños y adoptaron uno

 

A partir de ahora, los niños verán a los girasoles no sólo como una planta hermosa y colorida, sino como un medio de vida y alimentación para nosotros y para los animalitos que dependen de ellos. Observarán más a menudo sus leves movimientos durante el día,  cuidarán más de las plantas en general, y recordarán que son indispensables para nuestro planeta.